Ya está autorizada la operación, que fija su objetivo en sondear cerca de 40.000 hectáreas de montaña y monte de la provincia de León en busca de metano, y las posibilidades de aprovechamiento comercial.
El plan afecta a ocho municipios, situados en la zona norte noreste leonesa y prevé obtener el gas en capas de carbón o en explotaciones antiguas.
El premiso de explotación establece que las labores de investigación de hidrocarburos no interferirán ni limitarán los trabajos de los derechos mineros de la Ley de Minas otorgados con anterioridad a esta autorización. El estudio, que cuenta con un permiso de seis años de duración, tendrá un coste total que asciende a casi 1,4 millones de euros.
Declarar el yacimiento. Además señala que acuerdo con el programa de trabajos y en el supuesto de que se precise realizar sondeos u otras labores, antes de su realización, se pondrá en conocimiento del órgano competente de la Junta la situación exacta de los mismos, las técnicas a emplear, secciones de perforación, entubación, profundidades, medidas de seguridad para evitar escapes de gas, u otros tipo de consecuencias así como las instalaciones anexas que se precisen, para que a vista de estos datos se valore la afección al medio ambiente, además de realizar los trámites reglamentarios que procedan (el estudio de impacto ambiental o los planes de restauración). La Junta establece que esta documentación se aportará en el correspondiente plan de labores a realizar para el año o años implicados, junto con las medidas de protección medioambientales que se exijan y el plan de restauración adecuado al plan de labores propuesto.
El plan aprobado por la Junta indica que una vez concluida la investigación y antes de proceder al abandono de las labores realizadas se procederá al sellado de los sondeos realizados mediante la inyección de lechada de cemento u otro método que garantice la estanqueidad de la perforación, salvo que se justifique la necesidad de mantenerlos para una fase posterior a realizar, explotación, en cuyo caso se garantizará la estanqueidad con un cierre de seguridad, con el fin de que no queden restos de la intervención de los sondeos o la explotación.
Toda esta actividad autorizada por la administración autonómica, competente en otorgar permisos de investigación de hidrocarburos, debe tener una duración de seis años, para establecer la recopilación y análisis de estudios geológicos la revisión de labores mineras abandonadas, la determinación de zonas prioritarias para realizar los sondeos, el cálculo de los recursos existentes de gas metano, los trabajos de sondeo y exploración y la investigación sobre la producción de metano.
Según publicó ayer el Boletín Oficial de Castilla y León este procedimiento liberado con esta orden se inició el año 2007 cuando una sociedad denominada Vancast Exploración presentó un escrito en la Dirección General de Energía y Minas de la Consejería de Economía y Empleo de la Junta de Castilla y León y solicitó un permiso de investigación de hidrocarburos destinado al estudio del aprovechamiento comercial del gas metano. Ahora hay seis años por delante para ver el efecto.
Un área que aparece en el futuro trazado de ceoductos
No son los que autorizó ayer la Junta los únicos sondeos que se van a realizar en las zonas elegidas para dar con bolsas de metano, luego destinado a uso energético. Por la misma zona, y tal como reconoció recientemente el Ente Regional de la Energía, se harán prospecciones con el fin de analizar el suelo y estudiar la ubicación de depósitos de CO2, o de construir ceoductos seguros para el transporte del gas procedente de captaciones futuras. Ese negocio de la captación de las emisiones contaminantes es un proceso imparable y apenas ha pasado de ser un proyecto sobre papel.
Los grupos conservacionistas ya han alertado de que no aprueban que la montaña leonesa se convierta en una red subterránea de ceoductos, ni tampoco en soporte del cementerio que tiene que asumir el depósito del CO2 captado de forma artificial.
El área en el que se va a buscar metano coincide también con la de expansión de una actividad ambiental y ganadera que parece antagónica con la explotación de hidrocarburos. Los valles y montes señalados para los sondeos en busca de metano son ahora un tamiz de pastos para rebaños destinados a la producción de carne de calidad. La sombra de los sondeos se cruza con esta alternativa.
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