20 septiembre 2008

El lobo en León

PLAN DE CONSERVACIÓN
Medio Ambiente fija batidas para eliminar 32 lobos en la provincia. La mayoría de los que se cazarán se localizan en la montaña oriental, donde existen 17 manadas
L. Urdiales. León
En la provincia de León nunca faltó el lobo. Los primeros estudios sobre la población lobera que realizó el gobierno de la Junta tras la constitución del territorio autonómico allá por la década de los 80, señalaba la existencia de ejemplares en casi todo el territorio, salvo en las proximidades de la capital leonesa, densamente humanizadas, el Órbigo y las áreas más pobladas del Bierzo. Hace sólo siete años se completó un estudio sobre el diagnóstico a las poblaciones del lobo; y en León se detectaron medio centenar de grupos. Con la seguridad de que en 37 de ellos era patente la actividad y con indicios en el resto. La reproducción se dio por segura en veinticuatro de estos clanes; y parecía más que probable en 15 agrupaciones. La mitad de los grupos de lobos detectados a comienzos de este siglo por los montes y montañas leonesas tienen marcado el territorio de actuación también más allá del límite provincial: una decena opera en Asturias y León; cuatro entre el suroeste de León y el noroeste de Zamora; tres en el sureste leonés y una parte de Valladolid; tres se adentran en la provincia de Palencia en su área de dominio y una manada comparte su ámbito territorial entre los montes leoneses, lucenses y asturianos. Una más se adentra en Cantabria. Esa plantilla poblacional del año 2001 no ha variado en exceso: la Junta da por hecho que la zona de la montaña de Riaño cuanta con 12 manadas seguras y 5 probables; El Bierzo, con seis probables y tres indeterminadas en su localización. La montaña del Luna y Babia suman seis manadas; Tierras de León, cuatro, una de ellas con el distintivo de probable. Tres se han localizado en el entorno de Sahagún y otras tres en La Cabrera. Esla-Campos es territorio de un grupo; la misma asignación que comparten El Páramo, Astorga y La Bañeza. La suma entre las diversas consideraciones mantiene en torno al medio centenar las manadas de lobos que merodean por la provincia leonesa, más visibles por sus efectos que por sus huellas así que se adentre el otoño.

La dirección general de Medio Natural de la Junta dará vía libre para la eliminación en los próximos meses de 32 ejemplares de lobo en la provincia de León. El fin es regular su población y satisfacer, en parte, las demandas de los productores de ganado que sufren a diario en sus rebaños las consecuencias de la voracidad y las necesidades alimenticias del depredador. Las batidas para matar los lobos hasta completar el cupo fijado se distribuirán de forma territorial, en base a cada comarca y la densidad de individuos que registre. La zona de la montaña oriental leonesa lidera el número de lobos asignados para su caza, con 15 ejemplares; cinco lobos serán eliminados en la comarca del Luna. Cuatro en el ámbito que encuadra la denominada Tierras de León, a caballo entre los ríos Esla y Porma. Los mismos pueden ser cazados en El Bierzo. En la comarca de la Cabrera se ha asignado un cupo de caza de dos lobos; y en el entorno de Astorga y de Sahagún se eliminará a un ejemplar. Esta decisión de controlar el avance de las manadas de lobos mediante batidas -en forma de cacerías o patrullas de control- se ajusta dentro del plan de conservación y gestión del lobo, que faculta a la dirección general del medio natural del departamento de Medio Ambiente del gobierno autónomo para establecer los cupos de caza de esta especie en cada comarca. En este diseño se incluyen otras actuaciones aplicadas a través de medidas preventivas frente a los ataques del lobo, como la instalación de vallado, la entrega de perros mastines y guardianes de los rebaños, o la compensación por daños causados por los cánidos entre las reses ovinas, caprinas, vacunas o equinas. Todas suman entre el parte de bajas de la visita del lobo a instalaciones ganaderas en la provincia leonesa. Las indemnizaciones en León
El lobo gana el terreno que cede el hombre, ocupa el territorio, se establece, crece y se multiplica en él una vez que el inquilino que dominaba el valle hace la maleta para buscar un medio de vida respetado o garante de bienestar y servicios próximos. La montaña leonesa del entorno de Riaño, que ha perdido en los últimos años el 65% de la población -de humanos-, tiene hoy diecisiete manadas de lobos campando a sus anchas por veredas, riscos, bosques caducifolios y de coníferas, y hasta por el vaso del embalse si la sequía se lo permite.
Los montes de robles en los valles que separan al Esla del Porma esconden otra parte notable de la población de lobos en León, casi al mismo nivel que los entornos de Ancares y el alto Sil. También ahí el número de asientos de natalicios en el registro civil y el cierre de escuelas contrasta con la capacidad reproductora que florece cada primavera en los clanes de lobo asentados por el entorno.

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