06 julio 2007

Potro de herrar

En el pasado siglo la economía de subsistencia de los pueblos de esta comarca leonesa hacía que las gentes se dedicasen a la agricultura y a la ganadería, a pequeña escala. Así eran abundantes las explotaciones ganaderas de carácter familiar, con tres a seis vacas, la pareja de vacas uncida para tirar del carro, las eras para trillar y las calles de tierra llenas de boñicas.

Un servicio común que ofrecía el pueblo a sus vecinos era el potro de herrar, donde se inmovilizaba al ganado sobre todo vacas, para herrarlo y practicarles determinadas curas más comodamente y sin peligro.
Hoy en día los potros son auténticas reliquias en los pueblos en que se conservan. En Lugán es casi un monumento a enseñar a los visitantes, pues el viejo potro de herrar de nuestros abuelos se ha conservado en las recientes obras de asfaltado de las calles y encauzamiento de la presa de Sol Reguero y sirve de lugar de reunión de los jóvenes en sus horas de ocio.

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