En el periódico La Crónica de León del día 6 de julio de 2.007 aparece un reportaje sobre los hortelanos octogenarios de la residencia de Vegaquemada donde se hace mención a dos convecinos de Lugán, como son Felipe y Joaquín, que por su interes reproduccimos a continuación:
Dalmiro, Lorenzo, Felipe y Joaquín (de izquierda a derecha) con sus 'armas' listas para su trabajo en la huerta. / ALFREDO HURTADO
Hortelanos octogenarios en la Residencia de La Asunción
Cuatro de los 78 inquilinos que acoge la Residencia de Nuestra Señora de la Asunción de Vegaquemada, con ideas muy parecidas a las de los Mosqueteros 'todos para uno y uno para todos', cuentan con una filosofía que se ha impuesto durante varios meses del año, en los que realizan labores de la huerta, que tienen a escasos metros del centro. Pese a que todos superan los 80 años, trabajan con tanto entusiasmo como de jóvenes y en ella pasan muchas horas de las jornadas veraniegas, con la intención de sacar de la tierra unos productos que conocen muy bien y que servirán más tarde para degustar en el comedor junto al resto de sus compañeros.
Cuatro de los 78 inquilinos que acoge la Residencia de Nuestra Señora de la Asunción de Vegaquemada, con ideas muy parecidas a las de los Mosqueteros 'todos para uno y uno para todos', cuentan con una filosofía que se ha impuesto durante varios meses del año, en los que realizan labores de la huerta, que tienen a escasos metros del centro. Pese a que todos superan los 80 años, trabajan con tanto entusiasmo como de jóvenes y en ella pasan muchas horas de las jornadas veraniegas, con la intención de sacar de la tierra unos productos que conocen muy bien y que servirán más tarde para degustar en el comedor junto al resto de sus compañeros.
Dalmiro, Lorenzo, Felipe y Joaquín son a veces envidiados por algún compañero que desde los ventanales del centro y postrados en sillas de ruedas observan cómo su salud les permite aún realizar este tipo de trabajos. No tienen horario pero cumplen sobradamente, pues su huerta parece un vergel. Dalmiro Robles, de Barrillos de Curueño tiene 82 años y lleva uno en la residencia. «Estoy soltero desde que nací y mi vida laboral siempre estuvo ligada con la ganadería y la labranza, en el mes de abril ya empezamos a preparar la tierra y hasta finales de septiembre y octubre estamos liados con la huerta». «Esto es un hobby y un recreo para mí, me sirve de relax además de estar en forma, todos los productos van directamente de la huerta a la cocina, donde nuestras cocineras Pili y Conce saben prepararlas para que nos guste a toda la tropa». En la huerta podemos encontrar fresas, acelgas, berzas, cebollas, lechugas, zanahorias, pimientos, tomates, coliflor, calabacines y alubias.
En uno de los armarios de la sala de lectura están expuestos varios animales como aves, vacas, burros, cabras y también cocodrilos. Felipe también sembró en el interior de la residencia ajos y hace unos días, recolectó cerca de 80 cabezas. «Nosotros aquí no vendemos nada, es para los compañeros, en tal caso nosotros compramos como vino y otras cosas, nosotros trabajamos con el motor de sangre», matizó Felipe.
Lorenzo López, de 82 años, es de Villafruela y lleva siete en el centro. «A nosotros los del Condado nos llaman 'frejoleros' porque este es un producto que durante años cosechábamos y no se nos daba mal».
Joaquín Campillo, de 81 años, también de Lugán y viudo desde hace seis años es la última incorporación, pues llegó al centro hace sólo dos meses, siendo el último fichaje de los hortelanos. «Nos tratan muy bien, la comida es buena y abundante, el lugar es precioso, en plena montaña y a los que están bien, les dan libertad para salir. Podemos decir que ahora esta es nuestra casa y nuestra familia».
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