Hoy cumple medio siglo aquel guaje travieso que se encendía cuando en su pueblo montañés de La Mata de la Riba le llamaban frejolero, en reproche por las largas estancias en Lugán, su otro pueblo de la ribera del Porma. Todavía entonces seguían muy vivas las contiendas entre montaña y ribera, que animaban los corros de aluches y demás alardes de romería. Aquella disputa se trasladaba a las peleas de toros, al pavoneo con los pendones o al desafío en las carreras de rosca de las bodas. Es verdad que muchas de esas lides ya se habían apagado cuando Óscar Campillo Madrigal repartía sus vacaciones entre La Matica y Lugán. Pero le llegó el eco de aquel mundo en la confidencia fascinante del abuelo.
Luego, los destinos del padre maestro le proporcionan la revelación de la diversidad, ese asombro de descubrir que el mundo, como la vida, es ancho y acogedor. Ya lo cantó el poeta: Que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros. La época de los internados, en el norte y en Madrid, supone el aprendizaje del compromiso. Con la verdad, con la justicia. El tirón del Athletic, los sueños adolescentes de Lezama, la forja paulina, el contrato de fidelidad con la conciencia. Un programa vital que defiende por donde va con la tenacidad del mastín. Ahora es director de Marca , el diario con más difusión de España, y de su grupo audiovisual. Pero la conquista de esa cumbre soñada no ha sido un golpe de suerte, sino el cumplimiento etapa a etapa de un firme compromiso con la vocación de informar. Yo descubrí a Óscar en 1984, como corresponsal del Diario de León en Astorga y La Bañeza.
A partir de ahí, recorrió todos los peldaños del oficio. Durante una docena de años (1987-1998), dirigió el rescate y estirón de La Crónica de León . En esa etapa se volcó en la apuesta por la cultura, contribuyendo de forma decisiva al lanzamiento nacional de escritores y artistas leoneses. Entre noviembre de 1998 y comienzos del 2009, pilotó El Mundo de Castilla y León , creando el Diario de Valladolid y las ediciones de Burgos, Soria y León. De paso, lo convirtió en el periódico con más difusión controlada en la Comunidad. Su biografía de Zapatero (2001) ofreció el retrato y las claves del personaje político que iba a conseguir la presidencia de España en su primer intento. En marzo del 2009 puso en marcha los dos canales de Radio Televisión Castilla y León con el éxito de una fórmula sostenible y diferente al resto de las autonómicas. A pesar de los éxitos, no le afecta el mal de altura, porque lleva acuñada en el alma la advertencia del poeta: Un corazón solitario no es un corazón. Por eso alimenta los afectos y vigoriza su corazón de roble acudiendo al paraíso de Balboa, en los Ancares. A celebrar el oro de la amistad.
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