DESPOBLACIÓN / Pueblos de entre 50 y 25 habitantes. “Voy a perder hasta el habla”
La comarca de Las Arrimadas apenas reúne 70 vecinos en sus 5 pueblos. David Rubio / Las Arrimadas
A pesar de la nieve, siempre que hay ocasión las vecinas se ponen al sol para conversar en la comarca de Las Arrimadas. ALFREDO HURTADO
La carretera que une Vegaquemada y La Ercina resulta especialmente poco transitada. Antaño, antes de que se construyera la actual vía rápida entre Boñar y Cistierna, muchos viajeros cogían esta ruta para desplazarse desde León hacia la montaña oriental, pero hoy en día sólo pasan por ella los vecinos de los pueblos que llevan como apellido de Las Arrimadas “y cuatro vendedores ambulantes que cualquier día dejarán de venir”.
Laiz. Lo dice Antonio Delgado, el único habitante que, en medio de la nieve, sale al paso en Laiz de las Arrimadas, el pueblo más cercano a Vegaquemada que mira desde la loma cómo avanza la ribera del Porma. Antonio viste el que durante años fue el uniforme más habitual en los inviernos de los pueblos leoneses: mono azul y madreñas. Deja la basura y comenta que en Laiz “pasan el invierno 17 personas (el censo del INE refleja 26), la más joven de 40 años y el mayor de 94”. No hay coche de línea hacia ninguna parte. “Aquí estamos como en el desierto. Si no es porque tengo coche y de vez en cuando bajo a echar la partida a Vegaquemada, acabaré perdiendo hasta el habla”.
Santa Colomba. Paulino Alonso es el encargado de hacer el recuento de las personas que viven estos días en Santa Colomba de las Arrimadas. Va señalando las casas y las calles y llega a la conclusión de que son 16 vecinos “y tres yeguas que son mías”, matiza. Resulta difícil encontrar una chimenea por la que salga humo o una ventana a través de que se vea luz en esta mañana negra en el cielo y blanca en la tierra.“ Hubo teleclub pero ya no hay nada de nada”, dice Paulino, que apunta como única novedad del pueblo en los últimos años la apertura de un centro de turismo rural. Lo regenta una pareja de catalanes, uno de ellos músico (Juan José Montero Gil, que compuso y estrenó en La Ercina una pieza para piano dedicada a la comarca) y el otro quiromajista, Francisco Vicente.
Corral. “Se hizo un consultorio médico hace quince años y el médico vino dos”, sentencia Lupicinio Villa. Es de Santa Colomba pero esta mañana es el único que aparece por las calles de Corral de las Arrimadas. “Aquí la gente se fue toda para Bilbao cuando cerraron las minas, que eran lo único que había aquí para ganarse la vida, lo único que aguantaba a la gente”. Quedan en Corral sólo media docena de vecinos pasando el invierno, aunque el censo del Instituto Nacional de Estadística señala exactamente el doble. “Por ley de vida, de aquí a 10 años quedarán la mitad más o menos, así que en breve nos empezarán a atracar como ya han hecho en alguna casa. No hay quién escuche a los ladrones”, dice Lupicinio, que tiene su propia y demoledora conclusión sobre el problema de la despoblación en la provincia: “Ya lo podía haber mirado antes porque ahora yo creo que no hay solución ninguna”.
Barrillos. Pero para conclusiones demoledoras, la de María Trinidad González García, una de las 8 personas que viven en Barrillos de las Arrimadas: “Los jóvenes se van marchando y los viejos se van muriendo”. Tela. Esas 8 personas que habitan Barrillos (15 según el INE) viven en cuatro casas, con lo cual todas las demás están completamente vacías durante el invierno. María Trinidad confirma que no hay coche de línea por esta zona, aunque hay tren de vía estrecha y hay transporte a la demanda que pone la Junta de Castilla y León: “El autobús de la sangre, que nos lleva los martes a hacer análisis a Cistierna, y el autobús del mercado, que nos lleva los viernes a comprar comida”. A comprar de todo, incluso las famosas peras asaderas de esta comarca, “porque este año hubo regular de fruta”, dice María Trinidad.
Acisa. El más grande de todos los pueblos entre Vegaquemada y La Ercina es Acisa de las Arrimadas. Viven 21 personas (34 según el INE). “21 no, 22, que hay uno que es tan pequeño que se me olvidaba”, asegura José Carlos Díez Rodríguez, el encargado de hacer el recuento de rigor. Él tiene 130 ovejas y es ya el único ganadero que queda en el pueblo. “La escuela la cerraron hace 30 años, y ahora es el teleclub, donde por lo menos podemos echar la partida casi todos los días”.
Si preocupante resulta la situación de la comarca de Las Arrimadas, muy similar y en algunos casos peor es la que se produce en los pueblos de la carretera que une La Ercina con Gradefes. Son en total ocho localidades las que se van sucediendo por esta carretera que discurre a medio camino entre las riberas del Porma y el Esla, pueblos que quedan casi despoblados durante el invierno. En Fresnedo de Valdellorma quedan 15 personas. Eusinio Malaquías Verduras es de allí pero no vive todo el año. Como tantos otros, se fue a Bilbao en busca de un futuro mejor “cuando cerraron las minas de La Caseta y de Sotillos”, algo que se confirma en el pueblo siguiente, Palacios de Valdellorma, donde tres jubilados de la mina hacen el recuento y llegan a la conclusión de que son 31 personas las que viven allí todo el año. Menos aún hay en San Bartolomé de Rueda, pueblo famoso por su leyenda de la cabra loca (queda el esqueleto de la majada desde la salían los balidos que atemorizaban a los vecinos), y similar es el caso de La Serna, Valporquero de Rueda, Garfín o Nava de los Caballeros.
Buenas, muy interesante y una pena que esta zona que es parte del Camino de Santiago pierda población y turismo, una pregunta, en Barrillos de las Arrimadas, Laiz de las Arrimadas o Vegaquemada, ¿hay o hubo casas blasonadas? es muy interesante la zona tanto por su naturaleza como por su historia, y me preguntaba si habia habido alguna familia de ahi que en su historia hubiera tenido escudo en la fachada de alguna casa o en la Iglesia,muchas gracias, un cordial saludo.
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