Después de una primavera lluviosa ha llegado el momento de recoger la hierba y aunque cada vez hay menos agricultores en Lugán, viene gente de fuera a llevar la hierba empacada.
Son recuerdos de antaño, de segar a güadaña, de dar vuelta a la hierba, de cargarla en el carro de vacas, de pisarla, de meterla en el pajar, y recuerdos de ahora, que son de siempre, del olor a la hierba recien segada que nos acompaña en nuestro camino.
Son recuerdos de antaño, de segar a güadaña, de dar vuelta a la hierba, de cargarla en el carro de vacas, de pisarla, de meterla en el pajar, y recuerdos de ahora, que son de siempre, del olor a la hierba recien segada que nos acompaña en nuestro camino.
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