03 mayo 2022

Pato mandarín en Lugán

Nuestro convecino Mario, un hombre de una bondad y nobleza inabarcables, el príncipe de la montaña, el mesías de Cerezales, el gurú de los estoicos!, ha logrado fotografiar a una hembra de pato mandarín (Aix galericulata) en el río Porma, a su paso por Lugán. Es un ave ocasional, con pocas citas en España. 

Elegante y de constitución robusta, puede llegar a medir 45 cm de longitud, presentando un dimorfismo sexual muy acusado. El macho es un ave inconfundible, presenta un copete rojo con brillos metálicos de color verde sobre la frente y dos franjas laterales de color blanco o crema muy claro, en las que destacan los ojos oscuros y el pico de un tono rojo coral.


A pesar de su exótico aspecto, este pato resulta bastante familiar por ser una especie frecuente en parques zoológicos. Los machos son muy llamativos, mientras que las hembras, al igual que los machos en plumaje de eclipse y los jóvenes, presentan colores parduscos, muy similares a los del pato joyuyo.

Cría en lagos, ríos y marjales enclavados en el cinturón de bosques caducifolios de la franja templada de Asia oriental, y muestra preferencia por humedales de tamaño reducido con abundancia de vegetación palustre. Su dieta se compone de nueces, bellotas y semillas, así como de plantas y de invertebrados acuáticos. Anida en huecos de árboles donde deposita una puesta de entre 9 y 12 huevos.

Su área de distribución natural se extiende por Asia oriental, entre el sureste de Siberia y el noreste de China, Corea y Japón. En este territorio la especie resulta muy poco abundante y se encuentra en disminución (se estiman unas 6.000-7.000 parejas, la mayoría en Japón). Pero además de esta población autóctona, existe otra importante asilvestrada en Gran Bretaña —que alcanza ya una cierta importancia, con varios miles de individuos— y núcleos menores en diversos países de Europa central, que proceden de sueltas y escapes de animales cautivos ocurridas a lo largo del siglo XX. En Asia la especie es esencialmente migradora, con áreas de invernada en el este de China, pero las poblaciones japonesa y británica parecen sedentarias.

Hay algunas recuperaciones de aves británicas en el continente europeo, una de ellas en Rusia y otra en la comarca francesa de Las Landas, cerca ya de España. Además, en Francia se conocen bastantes observaciones de otoño e invierno que se pueden achacar a aves venidas desde Gran Bretaña, frecuentemente en pequeños grupos. Por eso, aunque siempre quepa la posibilidad de escapes locales de aves cautivas, muchas observaciones españolas, en particular las que se producen en pleno invierno y en el norte de la Península, deben corresponder a aves llegadas desde Europa. 

1 comentario:

  1. Esa pato mandarín ,creo q se escapará de algún vecino próximo .
    Este ave no se da por estos lugares !

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