02 febrero 2014

Sobre los bisontes de Lugán - León

Bison es un género de mamíferos artiodáctilos de la familia Bovidae conocidos comúnmente como bisontes, que en la actualidad se encuentra reducido a dos especies: el bisonte o búfalo americano (Bison bison), que vive preferentemente en las Grandes Llanuras de Estados Unidos, Canadá y México donde recientemente se le encontró en vida silvestre por casualidad, y el amenazado bisonte europeo (Bison bonasus), que es el mamífero de mayor tamaño de Europa y que vive preferentemente en los bosques y que actualmente ha quedado reducido a algunas pequeñas áreas protegidas de Europa del Este, por lo que es objeto de varios programas de reproducción en cautividad.


Cazado por el Hombre de Atapuerca y profusamente representado en las cuevas de Altamira, no existe ninguna duda de que estas tierras estuvieron pobladas por el bisonte.
Uno de los bisontes de Lugán
Es un animal social y gregario, forma manadas que oscilan entre 10 y 30 individuos liderados por un viejo macho. La época de celo tiene lugar entre agosto y septiembre. El periodo de gestación es de entre 260 y 270 días, tras los cuales, las hembras paren una sola cría. Los partos se dan entre mayo y junio, y las hembras suelen aislarse para parir. Las crías son destetadas a los siete meses, y permanecen junto a la madre hasta los tres años. La longevidad máxima que se ha registrado es de 22 años, aunque puede llegar a los 40 en cautividad.

La distribución original del bisonte europeo comprendía desde la Península Ibérica a Rusia occidental.
Aunque enorme, esta vasta distribución no era continua, pues  prefieren los espacios boscosos, y en las llanuras eran sustituidos por manadas de uros o toros salvajes. La caza y la tala cada vez más intensiva de los bosques europeos para aprovechar la madera o destinar la tierra a la agricultura o al pastoreo redujeron el hábitat primigenio de los bisontes.  En el siglo XII se mató al último bisonte ibérico en Navarra, siendo ya muy raro en Europa Occidental; para el siglo XIV.

Por su parte, desde el siglo XVI las dinastías reinantes en Rusia, Lituania y Polonia consideraron que la muerte de un bisonte era privilegio de la realeza, llegando a castigar el furtivismo incluso con la muerte en algunas ocasiones. Esto permitió una supervivencia más o menos aceptable de este animal en Europa Oriental hasta la Primera Guerra Mundial, cuando comenzaron a ser masacrados por decenas para alimentar a los refugiados y los soldados en el frente. La especie se habría extinguido totalmente de no haber en ese momento 50 individuos viviendo en zoológicos repartidos por todo el mundo.

En 1923 se instituyó en Polonia la Compañía Internacional de Defensa del Bisonte (CIDB), que defendía la recuperación de esta especie. En los años 50 consiguió el permiso del gobierno polaco para reintroducir 12 ejemplares  en el Bosque de Białowieża,  y en 1966 la ONU incluyó el bisonte europeo en su lista de animales protegidos. Desde entonces, los esfuerzos combinados del CIDB y varios parques zoológicos en distintos países han logrado un éxito aplastante: de aquellos 12 ejemplares descienden hoy en día 613 bisontes que habitan en distintos parques nacionales  y varias nuevas manadas que han sido introducidas en régimen de semilibertad en otros paises,

En España se reintrodujeron el 4 de junio de 2010, después de mil años, siete ejemplares en el municipio palentino de San Cebrián de Mudá, los cuales se adaptaron bien y consiguieron reproducirse, En junio de 2012 llegaron 17 nuevos ejemplares desde Holanda y Bélgica, que fueron distribuidos en tres grupos: una segunda población de 6 ejemplares en San Cebrián de Mudá, 4 ejemplares en Siero y 7 en Villayón.  (Asturias); más tarde en las comarcas de Juarros (Burgos) y Els Ports (Castellón), ahora la finca de Vegaquemada en Lugán (León), donde tres bisontes esperan la llegada de otros ocho para compartir espacio con diez neouros llegados recientemente de Bélgica.

Se estima que el número total de bisontes europeos era en el año 2011 de unos 4000 ejemplares. A pesar de ello, la especie sigue estando en peligro. Su baja diversidad genética, fruto de la consanguinidad, hace que estos animales sean especialmente vulnerables a virus como el de la fiebre aftosa. La reintroducción de manadas de bisontes en estado semisalvaje en varios países de Europa no sólo está relacionada con las necesidades de conservación de esta especie, sino también con el deseo de fomentar el turismo rural, ya que la especie atrae al turismo. Además, los machos que ya no son dominantes —por lo que viven aislados— normalmente se venden a zoológicos o se pueden cazar.         (Información de Wikipedia)

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