17 febrero 2009

Río Porma

La Crónica de León entrega los domingos con el diario un libro-DVD sobre los ríos de León. En la entrega sobre el río Porma, la información iba acompañada con una foto de la iglesia de Lugán.
El Porma nace frío y solo, en las alturas de Mampodre para después mansear por tierras leonesas.
MIGUEL SÁNCHEZ / VALENTÍN COSTO
Desde la tierra de las xanas a la capital astur. Fulgencio Fernández. León
De la misma manera que todos tenemos un lenguaje materno, que es el lenguaje con el que aprendimos a nombrar las cosas, todos tenemos también un paisaje materno, que es el paisaje en el que aprendimos a mirar el mundo. (...) Éste es mi paisaje materno, el que yo llevo dentro, y por mucho que recorra el mundo este paisaje siempre será el mío”. Con estas palabras explica el escritor Julio Llamazares lo que para alguien significa el paisaje materno, lo que para un escritor supone la memoria. Curiosamente ‘El río de la memoria’ es el apellido con el que han bautizado al río Porma en la colección ‘Por los caminos del agua. Los ríos de León’ que cada domingo entrega a sus lectores La Crónica de León. Un libro DVD que recoge 36 páginas con fotografías de uno de nuestros ríos y un precioso documental sobre las tierras que baña. El de esta semana, el Porma lleva textos y guión de Francisco Javier García Montes; la imagen de Miguel Sánchez y Valentín Costo y la locución de Ana Rodríguez mientras Toño Caminero se ha ocupado de la música. Recuerda García Montes el casi mágico nacimiento de este río, “entre hayas, abedules y avellanos, en un lugar sagrado de lagos y fuentes donde vive la xanina”, que subieron hasta allí para ver el Mampodre. “Después de los osos, los rebecos, los lobos, los urogallos, las águilas y los buitres, los pastores y los leñadores fueron los únicos que se atrevieron a habitar estas ásperas y rigurosas montañas” señala el autor de los textos para hablar de la dureza del clima y las nieves del nacimiento del Porma, un río que desciende por la estación invernal de San Isidro y visita dos hermosos lagos: El Ausente y el Isoba, naturaleza y leyenda unidos. Cofiñal, Lillo, Redipollos, Solle, Orones, Pallide, Reyero, Rucayo, Valdehuesa... son algunos de los pueblos que ‘riega’ o a los que nos acerca. Pueblos preciosos, soledad y paisaje, memoria y paz antes de ver las aguas remansadas de ese pantano que le da el nombre del río de la memoria, el recuerdo de los pueblos y las vivencias que allí quedaron. Boñar y su vega son, como no, protagonistas del siguiente tramo. La capital ‘comercial’, el nexo entre la montaña y la ribera, el punto de encuentro en su feria para seguir, después, río abajo a bañar El Condado, para lo que ya es ayudado por la unión del otro río materno de Llamazares: El Curueño.

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