09 octubre 2015

Juanín

Juan García Lorenzana ‘Juanín’. Jugador del Abanca Ademar, máximo goleador de Asobal y selección.  Extracto de Diario de León Ana Gaitero | León 27/09/2015

Su número, el 6. Su sitio, extremo izquierdo. A Juan García Lorenzana (León. 1977) le bautizó como Juanín el hermano Tomás en los Maritas. Pero una mujer, Elvira, fue quien guió sus primeros pasos en el balonmano en el colegio La Granja. Y una hermana quien daba la cara por él cuando Vicenta, su madre, le quería castigar sin ir a entrenar por andar rezagado en la escuela: «Déjale que a lo mejor se gana la vida con el balonmano», decía.
Acertó de pleno, porque el ‘Artista’ tiene tantos títulos deportivos (6 ligas, seis copas Asobal, cinco copas del Rey, cinco supercopas, dos recopas, Medalla de Oro en el Mundial 2005, Plata en los Campeonatos de Europa 2006, Bronce en los Juegos Olímpicos de 2008 y en el Mundial del 2011, Mejor Extremo Izquierdo en Atenas 2004...) que, como rezaba la pancarta de su amigo Vicente, solo le falta que le den un Oscar. Juanín se entrega al cien por cien a su pasión, le gustan las cosas bien hechas y ha hecho de sus límites, virtud. Pequeño y delgado, tiene el don de la anticipación en la cancha y es el primero en llegar al pabellón de Deportes a la hora de entrenar. Mientras se toma un café cambia su piel de hombre pausado por la del jugador activo y veloz. Tardarán generaciones en superarle. Tras diez años fuera de León regresó a la tierra y a su equipo, el Abanca Ademar León.
—¿Cómo llevan tus espaldas los más de 2.000 goles, ser el máximo goleador, una estrella?
—No me considero una estrella. En balonmano tenemos casi todos los pies en la tierra. Otros deportistas son más mediáticos. Nosotros somos gente más normal y lo de los goles es anecdótico, llevo muchos años jugando en la Liga Asobal y he jugado muchos partidos. He tenido suerte de que todos los entrenadores han confiado mucho en mí y he tenido lesiones muy leves.
—Regresas cuando muchos jóvenes salen de León en busca de futuro.
—Sí mucha gente se está yendo de León y de España, y en el balonmano y otros deportes no mayoritarios también está pasando. El balonmano y el deporte son como la vida. La gente se tiene que buscar su futuro. No es solamente que se marchen de León o del Abanca Ademar, están marchando a otras ligas (francesas, alemanas, húngara también, romanas...). Ojalá que poco a poco esto vaya cambiando y puedan volver jugadores importantes a nuestra liga. Esto nunca había pasado, pero son las circunstancias.
—¿Cómo has encontrado la ciudad después de 10 años?
—Más o menos igual.
—¿Nada que te sorprenda?
—Alguna zona nueva o algún barrio nuevo.... Poco más.
—¿Qué te traerías de Cataluña a León?
—El amor a lo suyo. Protegen mucho su cultura y tradiciones. Aquí las tenemos pero quizá no miramos mucho para ellas. Allí están todo el día con esas cosas. Aquí presumimos de ello, pero a lo mejor no lo cuidamos como deberíamos.
—¿Qué palabra resume estos diez años fuera de León?
—Con respecto a León, nostalgia. Sobre todo en Barcelona, estábamos muy lejos y no podíamos venir todo lo que nos hubiera gustado. Con respecto al balonmano, la estancia en Barcelona ha sido inimaginable. No me imaginaba que iba a estar tantos años y tan bien.
—Impresionante la foto en la que besas el escudo del Barça en el suelo de la cancha, el día de tu despedida.
—Fue un día muy duro. Había mucha de gente de León, era mi último partido, me hicieron una pequeña fiesta antes del partido... sacaron a mi hijo al campo.
—¿Qué producto de León promocionarías?
—Lo que he exportado mucho a Barcelona ha sido la cecina. He llevado kilos y kilos. Primero de regalo y luego de encargo.
—Ahora León se divide entre grialistas y no grialistas...
—No sé qué decir en este tema... Si hemos encontrado el grial, imáginate.
—¿Qué le falta en León?
—La crisis, al ser una ciudad pequeña, le ha afectado más porque teníamos poco y la crisis nos ha dejado sin nada. No sé qué se puede hacer, si alguien lo supiera ya estaría hecho. Tenemos una provincia espectacular y que tenemos que tirar un poco más por lo nuestro.
—¿Te meterías en política como hizo Héctor Castresana?
—La política, si es vocacional me parece bien, pero no por intereses o tener un cargo, no lo veo muy bien.
—¿A los deportistas en León les han usado como gancho?
—No lo veo mal. Igual que en las campañas ‘utilizan’ actores o cantantes, artistas, también pueden ‘utilizar’ a un deportista mediático en su ciudad o a nivel nacional. A mí nunca me ha llamado la atención la política, a lo mejor mañana cambio de opinión o te proponen cosas que te resultan atractivas o te interesan.
—¿Es ilusionante que llegue el AVE a León?
—Sí, claro. Todo lo que venga a León es bueno y si llega el Ave, mucho mejor, aunque sea con algo de retraso. Creo que era una de las cosas que se tenía que haber hecho antes.
—¿Pondrías un león en la camiseta del Ademar?
—El escudo del Ademar ya tiene un león, se cambió con motivo del 50 aniversario, creo, y salen los tres claveles y un león. También lo lleva el escudo del Ayuntamiento... Si lo que quieren es ponerlo más grande...
—Balonmano y Abanca Ademar son el deporte y el equipo que más triunfos han dado a León. ¿Se les hace justicia?
—Se le debería hacer algo más porque no hay ningún equipo en León y en la provincia que haya ganado los títulos, que haya estado tantos años en la élite y haya representado tanto a León y a la provincia. ¿Justicia? No tanto como se debería. Se le apoya pero a lo mejor había que apoyarlo más.
—Al lado del Palacio de Deportes, está un campo de fútbol que nos ha costado mucho a los leoneses. ¿Está justificado?
—Todo lo que se haga en el mundo del deporte me parece bien. Si hacen un campo de fútbol como el Santiago Bernabéu aquí en León, perfecto, si hacen un centro de alto rendimiento como el Ceard en León me parece un lujo. Todo lo que sea algo para el deporte, me encanta. No tengo nada que objetar.
—¿Cómo ves la irrupción de los nuevos partidos políticos?
—Entre más variedad y más políticos haya que representen a todas las personas, mejor. A lo mejor tienen tanto éxito porque en los partidos que había antes no se veían representados.
—¿El Palacio de Deportes es suficiente para el balonmano?
—El palacio está bien, se ha ido reformando y los 5.500 asientos que tiene son suficientes. Es perfecto para nuestro deporte. A poco que se llene hay muy buen ambiente siempre.
—Eres uno de los pocos jugadores del Abanca Ademar que no tienes cuenta de Twitter. ¿No te interesan las redes sociales?
—No mucho. Si tuviera Twitter, Facebook o Instagram estaría todo el día con el móvil y no estoy dispuesto. Si tienes algo de eso tienes que estar encima de ello mucho tiempo. No me apetece estar poniendo lo que hago o diciendo donde voy o poniendo una foto mía.
—¿Prefieres el cara a cara? (Tuvo más de 100 seguidores en la peña Juanín)
—Sí. No es que sea antirredes sociales. Si me interesa leer noticias voy a una aplicación específica. A lo mejor soy muy anticuado... Para algunos jugadores es una manera de ser más mediático o conseguir más popularidad.
—¿Qué te libera del estrés de la competicón?
—No me genera mucho estrés porque hago lo que me gusta, es lo que siempre he querido hacer. A veces en las competiciones porque se hace un poco largo. Pero no necesito hacer nada especial. La familia y dar un paseo por Lugán, que aunque es el pueblo de mi mujer se enfadan si no digo que es mi pueblo, es lo que mejor me viene.
—El balonmano te lo ha dado todo, ¿de qué te ha privado?
—No estar todo el tiempo que quiero con quien quiero. Ha habido años que he entrenado el día de Navidad. Estar un mes fuera de casa cuando juegas un campeonato, un mundial o un europeo. Desde fuera es muy bonito, pero a veces que se te hace muy largo.
—De no haber sido deportista, ¿qué habrías hecho?
—No lo pensé nunca. Siempre lo tuve claro y quería entrenar por la mañana y por tarde. Dejé de estudiar muy joven, de lo cual me arrepiento. La verdad es que tenía que haber seguido estudiando.
—¿Qué obra te queda por hacer como ‘Artista’?
—(Risas) Ese apelativo me lo puso Luismi, el de la tele, el día que ganamos el Mundial. Siempre quedan cosas por hacer. El día que pienses que tienes todo hecho es mejor que te retires. He logrado muchas cosas. Ahora en León los objetivos son otros: lograr que vuelva a ser lo que era y ojalá podamos entrar los cuatro o cinco primeros de la liga, volver a meter el equipo en Europa, ayudar en lo se pueda.
—¿Te ves de entrenador?
—Tengo el título de entrenador nacional y este año llevo un equipo de base. A ver qué tal va la experiencia. Cuando deje el balonmano como jugador me gustaría seguir vinculado.
—¿Tu hijo te llama Juanín?
—No, me llama papá.
—Le llevaréis a los partidos...
—Es cuando mejor se porta, cuando hay partido nunca se lo quiere perder aunque sea tarde. Lo ha vivido desde pequeño y le gusta mucho.
—¿Y juega?
—Sí, en Barcelona estuvo en una escuela de balonmano y en Logroño en un colegio. Aquí estamos mirando porque tiene seis años y aquí se empieza más tarde. El año pasado ya jugaba con niños de ocho años. Con cuatro años estuvo entrenando con niños de 6.
Mirarse en un jugador de balonmano está más al alcance de cualquier niño, dice Juanín, que aspirar a ser un Messi o un Ronaldo. En la despedida, un recuerdo para Pérez Canca, Luis Álvarez, Luis Arias, César... Héroes y mitos idos antes de tiempo. Él y su esposa, cuando aún eran novios, libraron en un cambio de rasante cerca de La Virgen aunque, sobre todo Katia, tardó tiempo en recuperarse del grave accidente. Juanin es la leyenda viva del Abanca Ademar León.

2 comentarios:

  1. Entiendo que entre tantos títulos se equivoquen, pero es que falta uno de los más importantes, sino el que más: la Copa de Europa de 2011 (Juanín 3 golitos). También falta el Mundial de Clubes 2013

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  2. Entre tantos títulos se les ha olvidado uno de los más importantes, sino el que más: la Copa de Europa de 2011 con 3 golitos de Juanín y, también el Mundialito de Clubes de 2013

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