23 abril 2014

Valsemana en Diario de León

La mirada a la fauna leonesa -    Diario de León

La crisis también se ha cebado con una de las mejores instalaciones que la junta de castilla y león tiene para el estudio de especies como el corzo, las perdices, el cangrejo o el mastín leonés.
JOSÉ MARÍA CAMPOS 14/04/2013
La Granja Cinegética de Valsemana es una propiedad de la Junta de Castilla y León que se sitúa en terrenos pertenecientes al municipio de La Ercina, en plena montaña oriental leonesa. La ejecución de la primera fase de este proyecto, centrada en la reconstrucción del edificio, se financió con fondos para la reconversión minera gestionados a través del Ayuntamiento de La Ercina y con financiación de la Consejería de Medio Ambiente de la administración autonómica. La fachada del edificio se mantuvo como tal, mientras que el patio trasero se tuvo que reconstruir en su totalidad, al igual que el típico corredor montañés del viejo caserón.
El edificio, además de la histórica fachada, cuenta con un artesonado rústico que protege parte de un patio interior propio de las casonas de los años 40, probablemente la época en la que se llevó a cabo la última restauración. El viejo caserón de la dehesa, cuya fachada pertenecía al monasterio de Hontoria, también llamado de Fontoria (siglo XVII), es otra de sus maravillas. Las instalaciones habían sido una granja del monasterio de Villaverde de Sandoval, tal y como se puede apreciar en el escudo de la fachada, aunque con la desamortización de Mendizábal pasó a manos particulares.
La dehesa fue adquirida en 1961 por parte de Patrimonio Forestal del Estado a Pedro González-Vallinas Ortiz, hasta que en febrero de 1984 se practicó el traspaso de funciones a la Junta de Castilla y León. Con el objetivo de realizar un aprovechamiento cinegético integral de todos los terrenos de la Junta en León, Valsemana entró en marzo del 2005 en las zonas de caza controlada. Además de la fauna, Valsemana alberga una importante masa forestal de roble y pino, que tanto la caracterizan.
El territorio que abarca Valsemana posee mil hectáreas. Cuenta con 19 cercados que van desde las cuatro hectáreas a casi 50, mientras que la zona cercada representa unas 200 hectáreas.
Parte de las actividades de este centro que cuenta con salas temáticas se orientan a las visitas de estudiantes y técnicos, aunque con la crisis el proyecto se ha visto paralizado. Este centro siempre tuvo una especial relación con la cría y estudio del corzo y, desde hace algunos años, se desarrolla un proyecto pionero en la cría del corzo en semilibertad, que sirve para repoblar zonas escasas en esta especie, así como para estudiar a este pequeño ungulado. El primer animal que entró en los cercados de Valsemana llegó el 23 de septiembre de 1980; ahí arrancó todo. Un proyecto que acabó siendo realidad gracias al trabajo de todo el personal a cargo de la Dehesa.
La cría de mastines es otro de sus planes en marcha y busca ser de utilidad para las ayudas solicitadas por ganaderos en zonas conflictivas con el lobo ibérico. Una granja de perdices para repoblación en territorios como la reserva de Riaño, Mampodre y Ancares.
Hasta hace poco en sus instalaciones había un centro de recogida de animales heridos que se ha cerrado también por la crisis. Cuando hay animales heridos, estos son recogidos por los guardas forestales y trasladados a la facultad de Veterinaria de León. Si se trata de una cura rápida se llevan a Valsemana como lugar de recuperación para posteriormente soltarlos. En el resto de los casos, se llevan a los centros de recuperación de animales de Valladolid o Burgos.
Valsemana cuenta con una primera sala de animales naturalizados que proceden de casas forestales o almacenes. Según señala Juan José Martínez Nistal, director del centro y jefe del departamento de la sección de caza de la Junta en León, no está previsto que estas instalaciones se abran al público, fundamentalmente por razones económicas. Las salas cuentan con especies de la provincia de León, además de otras representativas de las tres reservas de caza de León: Riaño, Mampodre y Ancares. Las únicas visitas, por el momento, son de alumnos de los últimos cursos de las facultades de biológicas o veterinaria, que acuden acompañados de sus profesores.
Esta vocación de Valsemana como centro pionero en cuestiones de fauna autóctona comenzó a desarrollarse en la década de los ochenta con la construcción de una granja cinegética para la cría de perdiz pardilla y de corzo. Además, se ha llevado a cabo la crianza en cautividad de perdiz roja y la raza de perro mastín español para donarlos a los ganaderos castellanos y leoneses que los utilizan como defensa ante los ataques de los lobos.
La granja cinegética permite ver una amplia variedad de animales disecados como águila culebrera, halcón peregrino, alcotán, esmerejón —un halcón de pequeño tamaño—, aguilucho cenizo, la lechuza, el abejaruco o el zorro. Un panel informa de los detalles de la reintroducción de la cabra montés en Riaño, que se inició en los años 90. Desde entonces, la población de la chiva ha ido aumentando a pesar de enfermedades como la sarna sarcótica, que apareció en 1993. Esta sala cuenta con una parte dedicada al rebeco donde se explica la realización de censos, la elaboración del plan de caza y cómo se lleva a cabo el plan de caza selectiva. El lobo también tiene su espacio y se pueden ver varios ejemplares. También llama la atención la zona del ciervo con una amplia exposición de cornamentas.
Los visitantes pueden saciar su curiosidad con una sección titulada «Sabías qué…», donde se hallan descubrimientos tan sorprendentes como que en la Península existen dos especies de rebecos, la pirenaica y la cantábrica. La primera se distribuye por el Pirineo desde el navarro hasta el catalán. La segunda ocupa una larga franja en la Cordillera Cantábrica desde los montes de Saja en Cantabria, hasta los bosques de Muníellos en Asturias y los Ancares en León.
Las cornamentas de los animales autóctonos también ocupan un lugar destacado. Las cuernas del rebeco y del sarrio son distintas y se diferencian en que la del sarrio es más gruesa y de mayor longitud. Además, los sarrios se diferencian de los rebecos cantábricos en que estos últimos son de tamaño más reducido, por lo que se les considera la especie más pequeña dentro de su grupo. El sarrio pesa en torno a 40-45 kilogramos, mientras que su hermano cantábrico sólo llega a los 25-30 kilogramos.
El proceso de captura y suelta del corzo en el centro cinegético de Valsemana también se detalle en estos paneles. Primero, los guardas y personal del centro entran en los cercados y colocan las redes de captura. Se forman líneas de batidas para capturar los corzos en la red e introducirlos en cajones, lo que permite trasladarlos a la unidad veterinaria del centro. Se hace el tratamiento de los animales y la toma de medidas biométricas. Posteriormente, se sueltan los corzos en los cercados y se finaliza con la separación de los corzos que serán vendidos o enviados a otras zonas. En el mes de agosto, tres meses después de su nacimiento, aparecen los pivotes en las cabezas de las crías. Estos pivotes son dos abultamientos óseos bajo la piel sobre los que se desarrollarán las futuras cuernas.
Valsemana aprovecha cualquier elemento, incluso residuos, para explorar al máximo la fauna leonesa. Se pueden ver excrementos y pelos de animales como zorro, lobo, liebre, jabalí, conejo, corzo, ciervo, rebeco y gamo. Además, otra de las dependencias tiene una pequeña exposición de diversas emisoras que muestra el paso del tiempo. Asimismo, se puede ver la vestimenta de los guardas de hace años y diversas muestras de munición de caza que, según señala Juan Carlos Peral Sánchez, director de la Reserva Nacional de Caza de Riaño, «parte de este material ha sido donado por personal de las guarderías».
Entre muchas de las curiosidades informativas que se pueden observar en las diferentes salas temáticas hay paneles en los que se puede aprender a averiguar la edad de un corzo, que se hace con la extracción de un incisivo que se enviaba a Extremadura y, a veces, a Estados Unidos. Echan el diente a unos ácidos, lo cortan y se miran en el microscopio los anillos de dentina, muy similares a los de los árboles. Así se obtiene la edad real. También se tiene en cuenta el desgaste, aunque «varía de unas zonas a otras ya que no es lo mismo un corzo que come en Riaño a base de brotes relativamente verdes a otro que come en la sierra de La Culebra que son todo brezos. Además, algunos prados son muy abrasivos para la dentadura», según señala el director de Valsemana. Existe una manera de determinar si un corzo es menor de un año y es observando el tercer premolar, ya que cuando es de leche presenta tres lóbulos y cuando es definitivo tan solo dos.
Dentro de las instalaciones, existen unas zonas cercadas donde se crían perdices. Sobre los gardones pardos se soltaban antes un millar de pollos y en la actualidad el centro solo cuenta una media docena de machos, según indica Tomás Sanz, técnico de estos departamentos. El centro cuenta en la actualidad con varias parejas de perdiz roja. No obstante, la principal actividad de Valsemana es la cría de corzos; por ello existen cercados amplios para estudio de esta especie. También la instalación cuenta con unas piscinas donde se está llevando a cabo el estudio del cangrejo.
La granja cinegética es un paraje envidiable que resume la riqueza floral y faunística que posee la provincia de León, una exuberancia olvidada y, a veces, incluso denostada por los propios leoneses.
Sus instalaciones abren un amplio abanico para estudiantes, técnicos o titulados que deseen llevar a cabo estudios concretos sobre la fauna leonesa. Además, es un lugar idóneo para que los más pequeños puedan realizar una visita y conocer la provincia más a fondo. Pero la crisis también se ha cebado con esta instalación, que sufre sus consecuencias a modo de recorte. A pesar de todo, en el centro se sigue trabajando con especies como el corzo, las perdices, el mastín leonés o los cangrejos. A todo esto hay que unir una amplia masa forestal de roble y pino que rodea todas las instalaciones de este paraje de Valsemana.

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