31 marzo 2007

El ingeniero Arriola

En un artículo de la Crónica de León del jueves, 29 de septiembre de 2.005, se recuerda la operación más espectacular de la guerrilla leonesa con el asesinato del ingeniero Arrila, suceso que ocurrión en las proximidades del caserio de Valderrodezno y que tuvo enorme repercursión.
La operación más espectacular de la guerrilla leonesa cumple hoy 60 años
Por Daniel Álvarez
Los forenses del Cuerpo de Sanidad Militar de León iniciaron octubre de 1945 cargados de trabajo. El día 1 tuvieron que practicar la autopsia al cadáver de un hombre desconocido de entre 28 y 30 años, 1,60 de estatura, bien constituido y vestido con un capote y prendas reglamentarias del ejército. Llevaba anudado un pañuelo de crespón de color verde con lunares blancos y presentaba una herida de bala con entrada por el cuello y salida por la espalda. El proyectil, del nueve largo, le segó la aorta. Tardó menos de cinco minutos en morir.

Dos días después, llegó al depósito del cementerio municipal de León el cuerpo sin vida de otro hombre. De unos 27 años, mostraba signos de haber caminado mucho y de haber estado atraillado por la muñeca izquierda. Un disparo en la frente era su única y fatal herida. Los miembros del equipo que realizaron el informe sí identificaron en este caso al finado «por haberlo conocido en vida». Se trataba de Emilio Zapico Arriola, el ingeniero agrónomo de la Diputación de León y miembro de una de las familias más acaudaladas de la provincia.
Su cuerpo fue hallado en la mañana del 2 de octubre por un labrador cuando iba a echar el agua a un prado en las proximidades del caserío de Valderrodezno, entre Ambasaguas de Curueño y Lugán. El juez municipal de Vegaquemada, que se encargó del levantamiento del cadáver, emitió un informe manuscrito en el que asegura que un familiar del fallecido llegó en compañía del gobernador civil, Carlos Arias Navarro, para identificar al joven Arriola, «el cual, el 28 del pasado septiembre, fue secuestrado por los rojos».

El auto del juez municipal de Vegaquemada y las diligencias de los forenses militares de León forman parte de la causa sumarísima 415/45. Como todas las de la provincia leonesa, se encuentra depositada en el archivo del Tribunal Militar de El Ferrol. El sumario «por el presunto delito de secuestro y asesinato del vecino de esta capital don Emilio Zapico Arriola» contiene más de 500 folios y fue abierto el 1 de octubre de 1945. Como recuerda su primera página, «ocurrió el hecho el 29 de septiembre de 1945».

El secuestro y asesinato de Emilio Zapico Arriola, conmocionó a la sociedad leonesa. La censurada prensa de la época se hizo eco de la muerte pero no de sus causas. Mientras la rumorología iba calmando las ansias de conocer los detalles, el cuerpo sin vida del primer cadáver seguía sin identificarse. Pero la Guardia Civil sabía muy bien hacia dónde dirigir sus pesquisas. De hecho, la pistola del 9 largo que ocasionó la muerte a aquel hombre con capote militar fue la reglamentaria de un capitán de la Comandancia de León: Francisco Martínez Gallo.

Emilio Zapico se encontraba en su caserón de Santibáñez del Porma la noche del 28 de septiembre de 1945. Hacía dos horas que había llegado de Valladolid conduciendo su Fiat Topolino y acompañado de un amigo. Eran las 11 de la noche cuando tres sujetos llamaron a la puerta. La madre de Emilio, Petronila Arriola, se negaba a abrir. Era muy tarde. Pero los visitantes se identificaron como guardias civiles y los cerrojos cedieron. Además de los once criados y los ya citados, se encontraba en la casa la hermana de Emilio, María Asunción Zapico Arriola. Su testimonio en la causa 415 es el más completo.

Según esta declaración, los que irrumpieron en la casa aquella noche eran tres hombres con capotes pardos, «de los cuales dos llevaban gorros de campaña de la Guardia Civil y el tercero como un gorro ruso con orejeras», precisa María Asunción Zapico. Dos de los supuestos guardias se encerraron con Emilio Zapico en su habitación durante media hora. El tercero se quedó fuera con los criados y el resto de los ocupantes de la casa. ¿Así que guardias civiles?... preguntaron al vigilante. Respondió que pertenecían a «una compañía ambulante que anda por Matallana y Pardesivil» pero de forma «confusa y nerviosa». Una vez transcurridos los 30 minutos, los del interior del cuarto mandan entrar a la madre y a la hermana de Emilio. ¿Qué pasa? Se desvela el misterio. «Estos señores piden dos millones de pesetas y llevarme con ellos», dice el joven Arriola. De la declaración de Asunción se deduce que se inició una negociación para evitar por todos los medios que Emilio abandonara la casa, pero uno de los secuestradores zanja la cuestión: «No somos los jefes, pues ha sido condenado por un Tribunal Popular a la multa de dos millones de pesetas para armar al Ejército rojo ya que el Gobierno de la República está al venir». Hacía sólo cuatro meses que los aliados habían derrotado a la Alemania de Hitler en Europa, pero el Gobierno de la República jamás llegaría.

Finalmente, y continuando con el testimonio prestado por Asunción Zapico Arriola, el rescate quedó fijado en un millón novecientas mil pesetas. Las 100.000 restantes, hasta los dos millones, «de regalo para comprar un coche». En otras partes del sumario se habla de 1,8 millones de pesetas. La hermana de Emilio añade que esa cantidad coincidía con el precio en que la familia había apalabrado la próxima compra de una finca en Palencia. ¿Cómo podían los secuestradores conocer ese detalle? La participación en los hechos de miembros del servicio o de personas próximas a la familia es un dato que siempre se ha dado por válido. En la causa 415/45 no se procesa a ninguno de ellos e incluso se precisa que, aunque hay declaraciones contradictorias, no existe base suficiente para implicar a nadie de ese ámbito.

Cuando los tres hombres con capotes abandonaron la casa con Emilio Zapico Arriola era ya la 1 de la madrugada del 29 de septiembre. Convinieron con la madre y con la hermana que hacia las 8 de la tarde de ese mismo día se dirigieran en el automóvil de la familia con el dinero del rescate hacia Lugán. En un punto intermedio en el que les hicieran parar se procedería al canje. Por expresa exigencia de los rojos, las mujeres no salieron hacia su domicilio de Ordoño II de León hasta las 3 de la madrugada. En este punto, las referencias históricas señalan que el banco al que Petronila Arriola reclamó la retirada de 1,9 millones de pesetas denunció el hecho a las autoridades y que gracias a ello se montó un dispositivo para detener a los secuestradores. Entre los documentos del sumario sólo se encuentra un informe del juez instructor, el comandante de artillería Baudilio Rojo Caminero, que alude a que la madre de Arriola «quiso realizar» el pago del rescate pero «no pudo efectuarlo por haber intervenido el Cuerpo General de la Policía».

El resto de los legajos resuelven este apartado señalando que la hermana informó de los hechos a su marido, el comandante de aviación José Antonio Rodríguez Pascual, y que éste lo puso en conocimiento del gobernador civil, como se ha dicho, por aquel entonces, Carlos Arias Navarro, el mismo que 30 años después anunciaría en televisión la muerte de Franco.

Sea como fuere, lo cierto es que, tal como continúa reseñando el juez «ya enterado de este hecho el jefe de Orden Público de esta provincia planeó para que por fuerzas de la Guardia Civil se efectuase un servicio, basado en simular la entrega del dinero convenido y dar captura a los malhechores, pero según consta en la declaración del capitán de la Guardia Civil don Francisco Martínez Gallo surgieron ciertas dificultades y todo ello dio un resultado contrario a lo que se esperaba».

El informe de la Guardia Civil no especifica si dos de los integrantes del cuerpo que participaron en aquella operación se vistieron de mujeres como asegura el historiador Secundino Serrano en La guerrilla antifranquista en León y recrea Julio Llamazares en Luna de lobos. Todas las fuentes dan por hecho que al menos el capitán Gallo se disfrazó de la madre de Arriola. Lo que sí está documentado es que se metió en el coche de la familia con otros cinco agentes: un brigada, un sargento, un cabo primero y dos guardias segundos. Francisco Martínez Gallo relata en su informe que en el punto kilométrico 25 de la carretera Puente Villarente-Boñar, a la altura de la finca Carrizal, les mandó parar un individuo vestido de guardia civil que levantaba un subfusil en la mano. Creyó que formaba parte del dispositivo. El sujeto, que llevaba un capote, amagó con encarar su arma nada más acercarse a la ventanilla y de advertir el engaño. El capitán Gallo reconoce que le disparó con su pistola reglamentaria del nueve largo. De inmediato, desde la parte izquierda de la carretera, les respondió una andanada de fusilería y armas automáticas, lo que obligó a los guardias a bajarse del coche y a apostarse en la cuneta «sosteniendo un tiroteo hasta que decidieron, en vista de su inferioridad, marchar hacia el próximo pueblo de Lugán, de donde regresaron con más fuerza, haciendo un reconocimiento por el teatro del hecho y apreciando huellas de sangre sin encontrar cadáver alguno por la oscuridad de la noche y la espesura del matorral».

Como se ha señalado, en los días siguientes, a falta de uno, acabarían apareciendo dos cadáveres. Al otro lado del río Porma, a unos 500 metros del lugar del tiroteo, el de Arriola con un disparo en la frente y el otro, que vestía un capote del ejército y tenía una herida en el cuello, tapado con maleza, a unos 20 metros de la carretera. El hombre anónimo no sería identificado como Francisco Suárez Salvador, alias El Químico, hasta un año y medio después, fecha en la que tres de los implicados en el secuestro fueron detenidos. Sólo sabían, por la declaración de Asunción Zapico Arriola, que era uno de los secuestradores que entró en la casa de Santibáñez del Porma. En un primer intento para dar nombre a aquel cuerpo se hizo comparecer el 2 de octubre de 1945 a Benito Ferreras Díez, hermano de Inocencio y de Manuel, ambos compañeros del finado en el monte. «Es llevado al depósito donde se encuentra el cadáver del atracador muerto por el encuentro habido con la fuerza pública y dice no conocerle y no haberle visto nunca (no obstante y al decir estas frases se le nota muy excitado y con los ojos húmedos) y el señor juez le pregunta ¿Qué te ocurre? y el contesta que nada», se señala textualmente en la declaración de Benito Ferreras que obra en el sumario.

El noreste de la provincia de León concentraba casi desde la caída del frente asturiano de la guerra civil, en octubre de 1937, tres grupos de maquis compuestos por excombatientes del ejército republicano que quedaron colgados en los montes. A diferencia de lo que ocurriría en el Bierzo, nunca llegaron a formar una verdadera organización guerrillera. Es lo que Secundino Serrano denomina «guerrilleros sin guerrilla». Su carácter mayoritariamente anarquista y el escaso apoyo de una población tradicionalmente de derechas, les relegó casi exclusivamente a la mera supervivencia a la espera de poder huir o de una hipotética intervención de las potencias aliadas en España. Una de las partidas estaba liderada por los hermanos Arias, Amable y Casimiro Fernández Arias, y su centro de operaciones se situaba en la zona de La Vecilla. Otra, estaba dirigida por Ramiro de Cabo Arenas, Ramirón, y posteriormente por Calixto López Abad. Actuaba en el área de Sabero. La tercera, comandada por Fermín San Pedro Casado se situaba en el entorno de Matallana de Torío.

Un auto del juez Baudilio Rojo, fechado el 10 de septiembre de 1946, un año después de los hechos, declara en rebeldía a 18 personas. Aparecen en la requisitoria los nombres de todos los que según la información de la Guardia Civil integran las partidas de Sabero y La Vecilla. Se acusa a ambos grupos al completo de la autoría del secuestro y asesinato de Arriola. De este modo, se dio la paradoja de que el magistrado ordenó la busca y captura de Francisco Suárez Salvador, muerto a manos de la propia Guardia Civil en el tiroteo de la carretera de Lugán hacía un año y al que aún no habían logrado identificar con acierto, y, lo que aún es más sorprendente, de Ramiro de Cabo Arenas, Ramirón, que se había retirado del monte en 1941 y fallecido poco después de muerte natural.

El procedimiento del caso Arriola es suspendido y archivado el 17 de octubre de 1946 a la espera de la detención de los autores. La causa no volverá a abrirse hasta el 19 de febrero de 1947. Dos circunstancias motivaron este hecho. El 3 de enero de ese año fueron detenidos en una casa de Manzaneda de Torío Higinio Nicolás Bayón, El Italiano, uno de los integrantes de la partida de los Arias que aparecía en la lista de los implicados, y Aureliano Suárez Robles. El 8 de febrero, corrieron idéntica suerte Secundino Rodríguez Díez, El Practicante, y Manuel Ferreras Díez, en una casa de Saldaña (Palencia). Ambos eran del grupo de Sabero pero sólo el último figuraban en el elenco de buscados. No así El Practicante, que acabará siendo acusado de cabecilla del secuestro por la confesión de sus compañeros y, en parte, por la suya propia.

El primero en confesar fue Higinio Nicolás Bayón. Gracias a ello, por fin se identifica el cadáver de El Químico y se pone nombre y apellidos a los presuntos autores del secuestro de Arriola: Calixto López Abad, Inocencio Ferreras Díez, Amable Fernández Arias, Benjamín Roza Argüelles y los ya aludidos Francisco Suárez Salvador, Secundino Rodríguez Díez, Higinio Nicolás Bayón y Manuel Ferreras Díez. Ocho hombres a los que las declaraciones de Secundino Rodríguez y Manuel Ferreras incluyen un noveno: Senen Rodríguez Arias, El Campesino, que, sin embargo, no aparece como encausado en el sumario 415/45. En la declaración del primer capturado, Higinio Nicolás, no se cita a El Campesino.

Este es uno de los pocos detalles en que difieren las confesiones de los tres detenidos, que siempre se inician con la fórmula de «convenientemente interrogado». Según éstos, la operación se preparó en septiembre en la llamada cueva de Vozmediano, un chozo que aún se mantiene en pie en las proximidades de este pueblo del municipio de Boñar. Tras decidir que la persona idónea para el secuestro era Emilio Zapico Arriola, los ocho o nueve integrantes del grupo iniciaron al oscurecer del 27 de septiembre de 1945 la marcha a pie hacia Santibáñez del Porma. Pasaron el día 28 en el caserío de Carrizal para emprender camino nuevamente al anochecer hacia el caserón de los Arriola, en Santibáñez del Porma.

Los tres hombres que entraron a por el ingeniero fueron Calixto López Abad, Francisco Suárez Salvador e Inocencio Ferreras. El resto quedó fuera vigilando. Volvieron sobre sus pasos, ya con Arriola, y al anochecer del 29 de septiembre se dividieron en dos grupos para recibir el rescate. Calixto López Abad, Benjamín Roza, Manuel Ferreras, Secundino Rodríguez y El Campesino, en caso de ser citado, se quedaron con Arriola en unos montes próximos al otro lado del río Porma. Amable Fernández Arias, Inocencio Ferreras e Higinio Nicolás bajaron al valle con Francisco Suárez, que se situó al lado de la carretera disfrazado de guardia civil con un subfusil en la mano, a la espera de la llegada del coche con el dinero. Tras el conocido tiroteo, la muerte de El Químico y la retirada de los agentes camuflados sonó un último disparo. El cadáver de Emilio Zapico Arriola quedó tendido en el lugar en que fue encontrado por un labrador dos días después. Manuel Ferreras señala claramente en su declaración que fue Calixto López Abad quien mató a Arriola. Higinio Nicolás y Secundino Rodríguez eluden identificar al autor. Los posteriores informes judiciales acusan a López Abad como presunto autor del asesinato.

El consejo de guerra contra los detenidos Secundino Rodríguez, Higinio Nicolás y Manuel Ferreras se celebró en el cuartel del Cid de León el 27 de febrero de 1947. Según el acta del juicio, Secundino Rodríguez no pudo asistir a la vista y el tribunal tuvo que desplazarse al botiquín para preguntarle si tenía algo que añadir. «Este, desde su lecho, donde yace por no poder ponerse en pie, dado su estado de gravedad, dice que no». Previamente, se ha explicado el motivo por el que El Practicante se encuentra en la enfermería asistido por dos médicos: «Una pérdida de sangre que tuvo en la madrugada de hoy al intentar suicidarse con las esposas».

La sentencia se emitió el mismo día de la celebración del consejo de guerra. Los tres detenidos fueron condenados a muerte y a indemnizar solidariamente a los Arriola con 30.000 pesetas. Un documento del Gobierno Militar de León, fechado el 6 de marzo de 1947 y encabezado por las palabras «reservado y urgente», informa de que se han designado las 5,30 horas del día siguiente para proceder a la ejecución de los condenados. Secundino Rodríguez, Higinio Nicolás y Manuel Ferreras recibieron garrote vil en el patio de la prisión de la plaza del Espolón el 7 de marzo de 1947. El secuestro de Arriola, por cuyo rescate se habían pedido cerca de dos millones de pesetas, se acabó cobrando cinco vidas.

30 marzo 2007

Acuerdos ayuntamiento de Vegaquemada

En el Boletín Oficial de la Provincia de León del día 27 de marzo de 2.007 se publican varios acuerdos de la corporación de Vegaquemada:

  • Creación y supresión de ficheros de datos de caracter personal.
  • Aprobación del documento técnico de la obra de renovación de los servicios urbanísticos en Lugán, incluida en los remanentes del Fondo de Cooperación Local de 2.007.
  • Aprobación del documento técnico de varias obras, entre ellas, renovación parcial de las instalaciones de alumbrado público en Lugán.
  • Aprobación inicial del Presupuesto General, Bases de Ejecución y la plantilla de personal funcionario y laboral para el ejercicio económico 2.007 del ayuntamiento de Vegaquemada.
  • Dictamen favorable de la Cuenta General correspondiente al ejercicio 2.006 del ayuntamiento de Vegaquemada.

29 marzo 2007

La iglesia de Lugán

¿Alguien puede añadir algún dato para completar la historia de nuestra iglesia?.

Esto sabemos hasta ahora, leyendo a Francisco Fuertes, a Ángel Fierro y otros documentos relacionados:

Su origen no está claro, en algún sitio dice que la iglesia de San Tirso de Lugán data bien a las claras del siglo XVIII, por sus inscripciones y por su estilo neoclásico; en otro sitio se señala que la fábrica de la iglesia es de finales del siglo XVI; lo que parece más cierto es que fue reconstruida sobre la base de una capilla renacentista o románica, probablemente del siglo XII, si atendemos al modo de aprovechar y utilizar los materiales anteriores.
Se tienen noticias de la parroquia ya en el siglo XVI y probablemente es a finales de la Edad Media cuando se dedica la iglesia a San Tirso. La celebración litúrgica es el 28 de enero. La torre y espadaña con las dos campanas es la hermosa referencia cuando uno se acerca al pueblo. Nuestros antepasados volvían su vista hacia ella desde los campos de labranza cuando los diferentes toques les recordaban las diversas horas del día.

En su exterior también destaca el escudo heráldico de presentación sobre la puerta de entrada y el reloj de sol, en la fachada frontal, que analizaremos en otros artículos en este blog.
En su interior destaca el Retablo renacentista, con columnas salomónicas, del siglo XVII, original de Raúl Herrero (fechado en 1.628) y el Retablo del Calvario, situado en el lateral izquierdo, con un Cristo crucificado, la Virgen y San Juan, restaurado por Luis Estrada.
Además de la talla de San Tirso, titular de la iglesia y patrono del pueblo, original de Salinas y restaurada por Luís Estrada, destacan las tallas de San Isidro, San Antonio el gochero, Santa Catalina, Sagrado Corazón, Virgen del Rosario, Inmaculada, Nazareno, San José y Niño Jesús en la cruz.

Sobre 1.945 se produjo un importante incendio al quedar una vela encendida de noche. En el 2.001 se acometió una importante reforma interior a la vez que llegaba el asfaltado de las calles a sus proximidades

25 marzo 2007

Historia de Lugán


Una de las intenciones de este blog es indagar en la historia de Lugán, así como en los parajes y lugares actuales, con ayuda de todos.

Por eso, queremos hacer mención especial al espléndido libro "Historia de Lugán en los cuatro últimos siglos" escrito por D. Francisco Fuertes Pérez en 1.996 y edición del autor. Estamos ante el fruto de un esfuerzo individual de investigación que nos da a conocer la historia de nuestros antepasados.

Nos da algunas pistas:

Según Pedro de Alba, cura de Voznuevo, en su obra "Sobre la montaña de Boñar", de 1863, el vocablo "Lugán" parece proceder de la voz latina "lucus" que significa monte importante, magnífico e incluso monte sagrado, y a este monte por el que cruzaba la antigua vía romana entre Ambasaguas y Palazuelo de Boñar, en base a la robustez y corpulencia de los robles que lo formaban, se le llamaba el "lucus grandis" (montegrande) y de ello derivó la palabra Lugán.

Pero otros autores lo asocian al nombre latino Lucanus, pues un Lucanus aparece documentado ya en el año 822. Se habría asentado una persona, llamada Lucanus, con su parentela en estas tierras y se llamaron campos de Lucanus y de ahí proviene Lugán.

Y otros dicen que Lugán viene de LUG, la raíz celta presente en poblaciones como Lugo o Lugueros... y es una antigua divinidad de estos pueblos del norte, emparentada con la luz. El Padre Martino y otros exégetas de la toponimia lo refieren al agua, como terreno en el que el agua es preponderante. No sería de extrañar, en este caso, por la rara simbiosis de pueblo y río.

Sobre la formación de Lugán sabemos que a partir del año 1.070 se mantuvo un núcleo de población estable, que fue el germen del actual y en un principio estuvo situado al pie de la loma de las Barreras y se prolongaba hasta el lugar donde estuvo la ermita de Santa Catalina, disponiendo del agua que corría por el arroyo de Fontoria. Años más tarde, las viviendas fueron estableciéndose al mediodía y poniente de la "Resiella", en las proximidades del arroyo de Valdejuncosa y más tarde en el "Curriello".

En esta época concurrieron otras circunstancias que pudieron influir en la ubicación de las viviendas hasta configuarse el poblado en la forma actual, y que fueron las siguientes:

a).- La antigua calzada romana se iniciaba en las cercanias de Mansillas de las Mulas, partiendo de la calzada que unía las ciudades de Astorga y Tarragona y cruzaba el río Porma al norte de Castrillo, continuando por los campos hasta Ambasaguas, donde seguía por lo alto de las lomas entre el Porma y el Curueño, para bajar a la vega en las proximidades de Palazuelo, donde cruzaba el río para proseguir hacia Boñar.

b).- Hubo un camino de Santiago, secundario, que pasaba, sobre todo en tiempo de calor, por estas montañas, para unirse en León al Camino Francés. Este camino de Santiago discurría aproximadamente por donde se trazó después el Ferrocarril de La Robla. Debía estar el fin de una de las etapas en Lugán, puesto que aquí estaba establecida la Obra Pía de la Misa de Alba, para la que el Concejo de Vegaquemada pagaba tres ducados al año.

c).- La Casa o linaje de los Guzmanes, que gozaba de gran prestigio, riqueza y numerosas tierras en la comarca y del título de Marqueses de Toral y Condes del Porma.

24 marzo 2007

En Lugán están empadronadas 76 personas

En el Boletín Oficial de la Provincia de León del día 2 de marzo de 2.007, la Subdelegación del Gobierno en León ofrece los datos del censo de los municipios leoneses con motivo de los próximos procesos electorales.

La cifra de población del municipio de Vegaquemada (partido judicial de León), resultante de la revisión del padrón municipal referida a 1 de enero de 2.006, es de 475 habitantes y le corresponden 7 concejales.

En Lugán están empadronadas 76 personas.

Los pueblos del ayuntamiento de Vegaquemada presentan las siguientes cifras:
Candanedo de Boñar, 21
La Devesa de Boñar, 52
La Losilla y San Adrián, 57
Lugán, 76
Llamera, 21
Mata de la Riba (La), 58
Palazuelo de Boñar, 94
Vegaquemada, 96

23 marzo 2007

Juncosa y Pielgotocino con nieve

Nos llegan nuevas fotos de la nevada de esta semana en Lugán que compartimos con todos, a la vez que animamos a colaborar en el blog enviando fotos actuales o antiguas, referencias históricas o de lugares de nuestro pueblo.

¿Juncosa?, ¿Pielgotocino?. Juncosa es el valle que conduce desde Lugán hacia el Centro Cinegético Experimental de Valsemana. Pielgotocino está en el camino del cementerio nuevo.

22 marzo 2007

Ola de frío en marzo

Después de un invierno con poco frío y bastantes lluvias y cuando parecía que el viento y la nieve habían dado una tregua a León, que abrazaba la primavera de forma anticipada, con un fin de semana primaveral en Lugán; al día siguiente, el lunes 19 de marzo una ola de frío entró por el norte peninsular dejando una cota de nieve por encima de 600 metros.
En Lugan hay una buena nevadina para despedir el invierno. Desde el lunes 19 por la mañana lleva nevando y se cubrió sobre las 5 de la tarde. Desde ese momento no ha parado de nevar y sigue nevando el martes con intensidad.

Os dejamos unas fotos de esta nevada primaveral. ¡A disfrutarlas, los que no puedan estar en Lugán estos días!.

Nuevas pavimentaciones en Lugán


Ya se han realizado los arreglos de las calles Sol Reguero, Los Molinos y calle del Soto.

El reguero ha quedado con el cauce amplio y se han empleado unos materiales, piedra caliza y madera, que no son autóctonos de la zona, aunque dicen que son los más adecuados.


Aprovechamos para recordar el estribillo:


Tres cosas tiene Lugán que no las tiene León,
la capilla y el Sol Reguero frente al transformador.

El blog de Lugán

En 2.001, al comenzar el siglo, creamos un sitio Web http://inicia.es/de/lugan/ para informar sobre Lugán a los que nacieron y vivieron aquí, a los que tienen antepasados, a los que seguimos disfrutando del pueblo y, en general, a todo el mundo mundial.

En 2.007 nos incorporamos a la Web 2.0 con el nacimiento de este blog y el apoyo de otras herramientas como Flickr y YouTube. Esta bitácora pretende complementar a la página Web y servir de punto de encuentro a todos los que tengan alguna relación actual o pasada con Lugán. Para los que viven lejos intentaremos hacer un recorrido virtual por Lugán.

El blog permite que pueda publicar información, comentarios y noticias cualquier persona, por lo que os animamos a colaborar.